jueves, 20 de octubre de 2016


Aprovechándonos de la utilidad del estrés en orientación laboral.

Firma invitada Berta Barbeito.



En el módulo de habilidades sociales, se ha hecho referencia a la gestión del estrés. Por todos es conocido que el ritmo de vida de la sociedad actual nos impulsa a encontrarnos inmersos a diario en situaciones estresantes, y sus efectos son devastadores para nuestra salud y para la sociedad en su conjunto, hasta el punto de que muchos autores lo consideran ya la epidemia del siglo XXI. Ahora bien, realmente, ¿estamos preparados para gestionar el estrés?  Tal vez sea importante que comencemos tomando primero conciencia de "que es" y de su "para que".


El estrés según la OMS podemos definirlo como “el conjunto de reacciones fisiológicas que preparan al organismo para la acción”. Se trata de una respuesta de nuestro organismo  frente a  la percepción de una situación de peligro para la integridad o la supervivencia, es decir, ante una situación de incertidumbre. Esta respuesta se traduce en tres tipos de conductas procedentes del cerebro más primitivo que toma el mando: lucha, huida y parálisis.


El épocas pasadas de la historia de la humanidad en las que teníamos que salir a cazar, y las formas de vida eran completamente diferentes, los mecanismos del estrés cobraban un mayor sentido para garantizar la supervivencia. También en la actualidad, los cambios provocados por el estrés son muy convenientes pues nos preparan para responder oportunamente y salvar nuestra vida, pero como contrapartida, se convierte en un enemigo mortal si se extiende en el tiempo y las causas que lo originan se deben a presiones económicas, sobrecarga de trabajo, ambiente competitivo, desempleo,.. ya que percibimos estas situaciones como amenazas. Podemos afirmar que nuestro cerebro activa este tipo de mecanismos se trate de una amenaza real o imaginaria. 


No podemos cambiar una situación de incertidumbre, pero si podemos cambiar nuestra forma de responder ante la misma porque nosotros somos responsables de ello. Existen una serie de recomendaciones para cambiar la forma en la que reaccionamos al estrés, aunque en mi opinión creo que lo primero que debemos hacer es tomar conciencia de la situación y saber qué es lo que ocurre en nuestro interior para luego poder solventar la situación, y aprovecharnos de los aspectos positivos que nos ofrece.


En el siguiente vídeo, el doctor Mario Alonso Puig, nos ofrece una explicación científica de cómo nuestro organismo responde ante una situación de incertidumbre como puede ser la pérdida de empleo y y nos ofrece una serie de pautas y consejos para poder comprender mejor nuestro funcionamiento interno, reorientando nuestros pensamientos para cambiar la situación. 





Cuando una persona lleva mucho tiempo desempleo, tiende a sentirse impotente ante la situación de incertidumbre, y suelen producirse en su mente un conjunto de pensamientos negativos, que generan una serie de respuestas que sumadas al problema real, se convierte en una situación insoluble. Esta persona tenderá a sentirse inferior, perderá la confianza en sí misma… En definitiva, su actitud va a jugar en su contra a la hora de buscar activamente empleo.  

En estos casos nuestra labor como orientadores juega un papel fundamental a la hora de acompañar a las personas en su viaje hacia el empleo. Nuestro objetivo será conseguir un cambio de actitud, un cambio de pensamiento, para que nuestros orientados conviertan esa situación de impotencia o problema en un gran desafío. 


Para saber más...



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